Videoconferencia y colaboración

En sus últimos encuentros relacionados con la colaboración, Cisco ha presentado sus planes de crear nuevas funcionalidades en torno a las reuniones de vídeo, alegando que los usuarios de todo el mundo participan actualmente en más de 7 millones de las reuniones de vídeo WebEx cada mes. El objetivo de las nuevas herramientas de colaboración es empezar a cambiar la forma en que interactúan los usuarios, centrando la reunión en las personas, más que en la propia reunión.Sin embargo, cualquier plan para desarrollar herramientas de colaboración en torno a al vídeo ha chocado tradicionalmente con problemas de presupuesto (sistemas caros) y de gestión (dificultades para implementarlos y gestionarlos, de forma que el servicio funcione correctamente y con un nivel de calidad aceptable cuando se necesita).

El video ha dejado de ser una aplicación independiente para convertirse en una característica más de aplicaciones tan dispares como la conferencia, la mensajería y las redes de networking social. Hoy el vídeo gestionado es menos costoso, más fácil de usar, se integra con las aplicaciones del escritorio y aplicaciones móviles y es incluso capaz de ofrecerse en distintos dispositivos al mismo tiempo, para que podamos elegir el que más nos conviene en cada ocasión.

Los proveedores de tecnología han argumentado desde siempre que los trabajadores viven atados a múltiples canales de comunicación, lo que provoca estrés y problemas de coordinación y sincronización de las comunicaciones, además de reducir su productividad. La posibilidad de decir a nuestros interlocutores si estamos o no disponibles y elegir el canal más adecuado para mantener la comunicación con ellos en cada momento es un paso decisivo. Si además la ‘conversación’ se enriquece con vídeo (según los expertos, la comunicación visual supone más del 55% del mensaje), el resultado será mucho mejor.

En resumen, la videoconferencia ofrece un espacio de trabajo colaborativo que sustituye a las cadenas de correo electrónico sin fin y centraliza el contenido y los debates en un solo lugar. Después de la reunión, el espacio de colaboración persiste, permitiendo a los participantes (y a quienes no asistieron a la conferencia en tiempo real) seguir el progreso de los temas discutidos, compartir y ver las grabaciones, acceder a archivos compartidos, continuar con la discusión e incluso invitar a otros a ver la reunión en diferido. La colaboración se extiende en el tiempo y se abre a otros participantes, creando un entorno de cooperación mucho más productivo.