Estrategia cloud europea

La comisaria europea para la Agenda Digital, Neelie Kroes, ha dicho en el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza) que ya ha llegado el momento de mirar hacia la nube para conseguir objetivos respecto a los derechos de autor y los problemas de la piratería. Kroes ha anunciado una alianza europea para el cloud computing (European Cloud Partnership), dotada con un fondo inicial de 10 millones de euros, que pretende facilitar a los compradores – especialmente aquellos del sector público– la cooperación en la definición de los requisitos y recursos para procurar servicios de cloud computing.

Las dudas sobre el funcionamiento de cloud, la seguridad y la elección de proveedor hacen que muchas pymes tengan reticencias para trasladarse a la nube cuando –según ha dicho la propia Kroes -las pequeñas empresas son las que más se beneficiarían de la nube. De ahí que la comisaria se haya mostrado decidida a superar barreras mediante una alianza europea de cloud computing que establecerá unos requisitos comunes para la adquisición de las ofertas cloud y una serie de estándares que garanticen la seguridad y la competencia.

Esta nueva estrategia ha sido acogida con satisfacción por los agentes implicados en este nuevo entorno, al que se suma un reciente estudio de Coleman-Parkes sobre las tendencias tecnológicas en Europa desde el punto de vista de los responsables de TI. Apunta dicho informe que casi la mitad de los encuestados ven el cloud como una innovación que definirá el futuro, más que una mera iniciativa de reducción de costes. No sorprende, a la vista de las ventajas que puede proporcionar el cloud computing, entre las que destaca la posibilidad para las empresas de elegir entre diversas opciones de entrega de servicios, la velocidad de la entrega y la calidad.

Una medida similar a la que ha emprendido la Comisión Europea fue adoptada recientemente por Estados Unidos, al promover la contratación de servicios cloud en diversas administraciones, universidades y sistemas de varios estados, generando más de 2.000 millones de dólares de ahorro. Con este panorama, es razonable pensar que pronto serán los propios clientes quienes impulsen la migración a la nube. Ahora bien, conviene no olvidarse de que, para que cloud funcione como es debido, se necesitan redes potentes, flexibles y bien conectadas. En su desarrollo también la UE tiene la palabra.