Hace unos años, para comprar acciones había que acudir a la sucursal bancaria, rellenar una solicitud y entregarla al operador, que normalmente la cursaba a lo largo del día… o al siguiente, si tenía mucho trabajo. Hoy los mercados funcionan online y las operaciones se hacen en tiempo real, pudiendo comprar y vender valores casi al mismo tiempo.
Pero además, gracias a las nuevas redes de telecomunicaciones, las instituciones financieras pueden beneficiarse en Europa de rutas más rápidas y directas en las comunicaciones entre 24 de los principales mercados de valores y sistemas de negociación multilateral o plataformas alternativas (MTF, multilateral trade facilities).
Muchas operaciones se gestionan sin intervención humana alguna; todo lo hacen máquinas (comunicación M2M, machine to machine) tremendamente sofisticadas y preparadas para responder ante determinados estímulos como son el precio y el volumen de acciones. Las plataformas multilaterales, aunque prácticamente desconocidas para el gran público y los inversores particulares, son los mecanismos de inversión alternativos a las bolsas tradicionales y están creciendo a un ritmo vertiginoso en los últimos años. De hecho, su peso en el volumen de negocio de las bolsas europeas ronda ya el 22%, cuando hace sólo dos años su cuota de participación apenas era del 1,3%.
Los MTF permiten la gestión de órdenes de compra-venta de activos financieros sin tener que pasar por un mercado regulado. En operaciones financieras millonarias, donde cada milisegundo cuenta, el hecho de utilizar tecnologías que reducen la latencia (viaje de ida y vuelta de las órdenes de compra/venta) y agilizan el trading algorítmico de las transacciones contribuye de forma decisiva al éxito de dichas operaciones.
El enrutamiento de las órdenes ha pasado en algunos casos de medirse en milisegundos a hacerlo en microsegundos. Esta diferencia infinitesimal de tiempo permite hacer operaciones más rápido y sacar ventaja a otros inversores que pujan por los mismos valores. La mayoría de las máquinas encargadas de toda las operativa están ubicadas muy cerca de los lugares de ejecución, es decir, de las principales bolsas europeas: Frankfurt y Londres. Eso les permite ganar tiempo y de ahí la importancia que las redes de nueva generación están cobrando para las entidades que gestionan este tipo de inversiones.