IDC estima que el mercado de videoconferencia y telepresencia cerró el año 2011 con unos ingresos de 2.600 millones de dólares, según publica en su “Worldwide Enterprise Videoconferencing and Telepresence QView”. Los analistas esperan que el crecimiento futuro de este sector se vea fuertemente impulsado por el desarrollo de las comunicaciones unificadas, las aplicaciones de colaboración, los sistemas de telepresencia y los dispositivos con soporte de vídeo.
En efecto, la videoconferencia y la telepresencia cada vez están más presenten en el mundo empresarial: permiten comunicarse de forma sencilla, segura y económica. La telepresencia puede considerarse como el hermano mayor de la videoconferencia. Por un lado, implementa servicios y aumenta las posibilidades de colaboración e interacción entre los usuarios y, por otro, mejora notablemente la calidad de la imagen a pantalla completa.
Gracias a la telepresencia, uno o varios individuos pueden mostrarse a la vez o por separado en cualquier lugar para mantener una reunión, intercambiar archivos y documentación, participar en una conferencia, asistir a un curso, impartirlo, etc. La telepresencia dota al individuo del don de la ubicuidad con el que tantas veces hemos soñado y evita incómodos viajes y desplazamientos. Podemos hacer lo mismo pero desde el lugar que cada uno prefiera, y de paso ahorrar tiempo y dinero.
La telepresencia permite la interacción entre distintos participantes que comparten escritorios de forma simultánea y amplía la experiencia audiovisual al crear un entorno virtual en el que aparecen los usuarios, de modo que parece que todos estuvieran reunidos en la misma sala. Todo ello a través de una infraestructura de control para voz y video que corre a través de una única arquitectura, ayuda a simplificar los despliegues y mejora la administración.
Amplía las posibilidades comunicativas y la interactividad de las tradicionales videoconferencias y ofrece un servicio escalable según las necesidades que se pretendan cubrir en cada caso. Al estar disponible a través de servicios en la nube, la telepresencia en se ha convertido una importantísima herramienta de colaboración entre miembros de una misma compañía o entre diferentes empresas, equipos de trabajo y participantes en un mismo proyecto.
¿Sus ventajas? Colaboración, participación, intercambio de ideas en tiempo real, ubicuidad, movilidad,… más libertad de movimientos y conciliación. En resumen, un camino tan prometedor que no tiene vuelta atrás.