El sector de las comunicaciones móviles tiene ante sí su mayor desafío de los últimos 15 años. De su desenlace va a depender la configuración de todo el sector durante la próxima década y quizá también el detonante de nuevos procesos de racionalización y consolidación. Ante la apremiante necesidad de entender cuáles son las soluciones ideales desde el punto de vista del manejo de datos, los responsables de tecnología de las empresas van a experimentar cómo sus presupuestos de inversión y de costes operativos se ven sometidos a una vigilancia cada vez más estrecha y deberán tomar decisiones audaces sobre los elementos de la cadena de valor que les interesa mantener dentro de la empresa y los que pueden externalizarse.
El empeño por racionalizar sus costes puede llevar a muchos operadores de redes móviles a formularse algunas de estas preguntas: ¿Cuáles son nuestras principales competencias? ¿Qué parte de la cadena de valor puedo resolver mejor internamente? ¿Cuál es la manera más económica de afrontar la explosión de la demanda de tráfico de datos? ¿A qué debo dedicar mi presupuesto para inversiones: a estaciones base, a conexiones la red troncal, a centros de conmutación para móviles, a transporte,…?
La respuesta a algunas de estas preguntas puede consistir en externalizar la totalidad de la infraestructura de red, o una parte de ella, a un operador de líneas fijas familiarizado con el suministro de redes de datos de alta capacidad.
No hay duda de que la externalización de redes está ganando aceptación día tras día, porque los operadores tienen cada vez más clara su visión estratégica y lo que les interesa es centrarse en sus competencias clave, en lugar de diluir esfuerzos gestionando redes de transmisión que podrían distraerles de su actividad principal. También está claro que los operadores de líneas fijas que han logrado sobrevivir en la última década deben su supervivencia a que han sabido lograr un nivel óptimo de control y aquilatar sus costes.
Se abre ante numerosos operadores móviles un período de turbulencias en el mercado que les hará enfrentarse a muchas de las dificultades asociadas al control de las redes y de sus costes con las que los operadores de líneas fijas ya han aprendido a lidiar. Estas circunstancias brindan a los operadores móviles la oportunidad de beneficiarse de las nuevas sinergias que están apareciendo con el mercado de líneas fijas y les permiten plantearse soluciones más económicas para sus redes de datos en plazos mucho más cortos de los que eran habituales cuando se desencadenó la primera crisis del mercado de líneas fijas.