El Parlamento Europeo ha aprobado una resolución en la que insta a garantizar que el acceso a Internet sea abierto, neutral, sin restricciones y a precios competitivos, por su importancia como motor de crecimiento y empleo. Asimismo ha reclamado a la Comisión Europea que vigile las prácticas anticompetitivas (el bloqueo de acceso, las tarifas excesivas para servicios de voz y vídeo, las disparidades entre la velocidad de transmisión publicitada y la real, la degradación de la calidad y otras) en la gestión de la Red.
Los eurodiputados instan al Ejecutivo comunitario a vigilar las normas que adopten los Estados miembros para garantizar la neutralidad de la Red e insisten en que sólo con un “enfoque europeo coherente” se podrá garantizar su neutralidad de forma “eficaz”.
A juicio del Ejecutivo comunitario, para preservar la neutralidad de la Red es indispensable garantizar la competencia efectiva, la transparencia sobre la gestión del tráfico y la calidad del servicio y ofrecer facilidades para cambiar de operador.
Casi al mismo tiempo, el Partido Demócrata estadounidense ha bloqueado en el Senado una proposición republicana dirigida a evitar la puesta en marcha de la legislación destinada a proteger la Neutralidad de la Red en el país. Los republicanos se oponían a esta norma por considerar que daba demasiado poder a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC).
La gestión del tráfico no puede suponer una amenaza para la competitividad de las empresas. Ahora bien, la fórmula debe ser también sostenible para quienes prestan el servicio, atendiendo al principio fundamental de las empresas: la obtención de un beneficio económico. Los modelos de relación entre proveedores de redes y de contenidos han cambiado considerablemente en los últimos años, pero poco se ha tenido en cuenta este aspecto hasta ahora. Probablemente ya es el momento de plantearlo