Un estudio de IDC sobre las 250 mayores empresas de España revela que el 54% se encuentran aún sin automatizar. El informe cifra el grado de madurez tecnológica de la gran empresa española en el 62,3% y añade que sólo el 33,8% de los responsables de tecnología de la información (TI) considera que la información es accesible en tiempo real a quienes deben tomar las decisiones, porcentaje que se eleva hasta el 51,7% al preguntar a los responsables de negocio.
Otro informe, en este caso de Interxion (proveedor de alojamiento en centros de datos), asegura que el 77% de los CEOs españoles desconoce la externalización. Del 23% restante, ocho de cada 10 no han considerado la posibilidad externalizar sus servicios y sistemas TI, aludiendo a razones de desconocimiento, alto precio, pérdida de control y seguridad.
Con estos datos en la mano, parece que hay un amplio margen para dar a conocer las bondades de la externalización y mejorar la eficiencia de las empresas mediante el uso de tecnologías que ayudan a mantener un mayor flujo de información, ahorrar costes, automatizar procesos y agilizar la toma de decisiones, entre otras.
Si en el ámbito de la automatización las cosas podían ir mejor, en competitividad parece que afortunadamente avanzamos en el buen camino. El ranking de competitividad de Davos ha elevado este año a España hasta el puesto número 36, después de dos años de caídas que lo llevaron a la posición 42 en 2010.
El informe señala que, aunque su estabilidad económica se ha debilitado (pasamos del puesto 66 al 84), España ha logrado mejorar su desempeño (del 29 al 24) gracias a un mayor uso de las TIC, su capacidad de recuperación en términos de inversión en I+D y la innovación.
Particularmente en situaciones difíciles y de crisis de confianza como la actual, las empresas necesitan innovar para ser competitivas. Cada una deberá encontrar las herramientas tecnológicas que la hagan diferente y más atractiva mediante mejoras en las comunicaciones, los procesos, la logística, la colaboración…
Es precisamente la innovación en su sentido moderno (dar más valor a algo) lo que distingue a los países/industrias de vanguardia frente a los de segunda línea, contribuyendo al liderazgo en el sentido más amplio. Si bien la innovación vendrá marcada por aspectos y rasgos diferentes en cada sector (los mercados y las demandas varían), es evidente que la tecnología será uno de sus ingredientes cada vez más imprescindibles.
La innovación es progreso para las empresas por eso es importante estar a la mano con la tecnología.
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