El secretario de Estado de Telecomunicaciones ha anunciado que va a pedir a la comisaria europea de Agenda Digital, Neelie Kroes, que Bruselas establezca una recomendación clara que fomente la inversión de las operadoras en redes de nueva generación. En efecto, la ausencia de un escenario claro en este sentido impide que los operadores concreten sus planes de negocio y paraliza las inversiones.
Según la directiva europea, el regulador debe tener en cuenta el esfuerzo inversor de los operadores a la hora de imponer obligaciones para abrir sus redes a la competencia. Si esto depende sólo de las decisiones del regulador en cada Estado miembro, se puede crear inseguridad jurídica. De ahí la necesidad de que la UE establezca una recomendación clara que permita a las empresas sentirse cómodas a la hora de invertir e impida problemas en el futuro.
Además, la administración española ha aclarado su postura sobre la neutralidad de la red, indicando que siempre habrá un acceso totalmente abierto a Internet, haya o no congestión en la Red. Pero por otro lado no se cierra la puerta a que las empresas de telecomunicaciones ofrezcan servicios especializados y,en ese aspecto, gestionen el tráfico como les consideren más conveniente.
Pero ¿qué es la neutralidad de la Red? Es un principio que ha regido desde su nacimiento y por el que los proveedores dan acceso a los contenidos sin privilegiar a un usuariode la red por encima de otros. Es decir, trata como iguales a todas las máquinas conectadas, de forma que no debería notarse diferencia entre navegar en dos páginas o descargar dos archivos iguales, al margen de cuál sea su donde procedencia. La neutralidad evita que haya contenidos de primera y de segunda clase, asunto en el que Europa trata de mantener una postura común y en el que muy pocos países (apenas Chile, Finlandia y Holanda) han sido capaces de establecer una ley al respecto.
Los usuarios y los creadores de contenidos quieren que se preserve la neutralidad en la Red, argumentando que así se evitan posibles abusos como el bloqueo de servicios (tipo Skype, por ejemplo) que generan mucho tráfico de datos y necesitan redes con mucha capacidad, pero no contribuyen a financiarlas. Pero el desembolso en infraestructuras corresponde a los proveedores de acceso (operadores de telecomunicaciones), que reclaman que los productores de contenidos y servicios (Google, Facebook…) sufraguen parte de esa inversión, que de momento sólo proviene de las cuotas que pagan los usuarios. La directora de RedTel, que reúne a los grandes proveedores de acceso en España, ya ha señalado que el modelo actual no es sostenible, indicando que “o dejamos de invertir o subimos los precios” como alternativas a discriminar servicios por tarifas y negociar con los grandes de Internet que generan mucho tráfico.