VPN: la nube de conectividad privada

La necesidad de calidad y seguridad en las comunicaciones de datos, voz y vídeo no es algo nuevo. Las empresas llevan más de una década invirtiendo en VPNs (redes privadas virtuales) que pueden considerarse en cierto modo como “nubes” de conectividad privadas. Pero ¿qué aporta a una empresa una solución de VPN desde el punto de vista del negocio? Y si decidimos implementar una nube de conectividad privada, ¿qué hay que tener en cuenta?

Varios factores justifican la decisión de invertir en una VPN. Los más comunes son la seguridad, la capacidad y la flexibilidad, si bien el auténtico valor de las soluciones de VPN para una organización emana de unas necesidades empresariales concretas.

Las soluciones de VPN permiten a las empresas crear conexiones de comunicaciones entre sus distintas sedes. Comunicaciones que pueden ser muchas y diversas: de ordenador a ordenador, comunicaciones de datos, comunicaciones de voz, distribución de vídeo, o una combinación de lo anterior. Se trata de una herramienta facilitadora para que la información sea coordinada, ejecutada simultáneamente y utilizada en tiempo real por todos aquellos que la necesitan.

Además, la demanda de tráfico varía a lo largo del día y de la semana, al igual que sucede con la capacidad y la disponibilidad de la Red. Una VPN permite establecer prioridades de tráfico durante determinados períodos para una mayor seguridad en las comunicaciones y evita que las conexiones que transportan tráfico de datos de gran importancia puedan verse perturbadas. Un claro ejemplo puede ser la priorización del tráfico de voz (en telefonía IP) con respecto al de datos.

En tercer lugar, una VPN propia da mayor seguridad a las comunicaciones entre sedes de la empresa, tanto para datos como para voz o vídeo. Esta seguridad abarca desde la fiabilidad hasta la protección contra intrusiones no autorizadas. Además, la posibilidad de poner en marcha y gestionar funciones de control, monitorización y asistencia técnica desde la propia red aporta notables ahorros y mejoras de eficiencia a las empresas. A todo ello se unen otras ventajas como el uso servicios compartidos, la capacidad garantizada para videoconferencias y conferencias web y la virtualización.

El potencial de ahorro es enorme en términos de eficiencia, tiempo y recursos técnicos. Esto explica por qué son cada vez más las empresas que deciden replantearse su estructura de servidores y optan por coordinar todas sus actividades en uno o varios centros de datos externos, gestionados a distancia y con soluciones de comunicación y VPN consolidadas que garanticen la operación, mantenimiento y soporte del negocio en todo momento.

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