La actual arquitectura de Internet ya no sirve para el uso que le estamos dando. La Red solía ser un lugar para leer contenido, pero hoy millones de usuarios en todo el mundo la utilizan especialmente para compartir e intercambiar información, una actividad que requiere infraestructuras más potentes, rápidas, sólidas y seguras porque algunos de estos contenidos son pesados, confidenciales y/o estratégicos. La mayor parte de los contenidos que impulsan el uso de Internet ahora son video y medios sociales, con mucha mayor interacción y bidireccionalidad de las que estábamos acostumbrados a ver en el mundo digital. Así, en lugar de consumir todos los contenidos que se generan en un solo lugar, hay muchas personas intercambiando contenidos desde muchos lugares.
El cambio a la tecnología IPv6 ha permitido resolver el problema del agotamiento de las direcciones IP disponibles, pero no se ocupa de los cambios en la forma de utilizar Internet, que prácticamente no ha experimentado cambios en los últimos 15 años.
La forma en que Internet gestiona las necesidades de direccionamiento, el uso de direcciones IP no es probablemente la idónea para manejar este gran consumo de contenidos. Y las razones parecen claras: Internet está diseñada en una estructura de extremo a extremo donde los datos se envían desde un punto a otro, pero esto no se ajusta a la necesidad moderna de difundir datos de un punto a muchos.
Las direcciones IP están sobrecargadas. Se utilizan como un identificador de host, un identificador de interfaz, un localizador de red y, además, como parte del transporte. Esto hace que requisitos tales como el multi-homing, la movilidad y la ingeniería de tráfico sean difíciles de lograr. Quizá una solución sea reconstruir Internet a través de RINA (Recursive Internet Work Architecture ), que permite ahorrar ancho de banda porque se necesitan menos datos para explicar dónde va la información, su estado, y dónde se originó.
Este modelo, desarrollado por el pionero de Internet John Day en su libro ‘Patterns in Network Architecture’, viene a decir que sólo hay un tipo de capa configurable en los protocolos, que se repite tantas veces como sea necesario para asignar recursos de red. RINA abre las puertas a tener múltiples Internets paralelas (no sólo una red global y plana, como la actual), proporciona una estructura que soporta multi-homing y movilidad necesidad de protocolos especiales; es más sencillo y seguro y permite a las aplicaciones utilizar redes para comunicarse con otras sin la necesidad de conocer detalles internos de la red tales como el direccionamiento.
Aunque su desarrollo aún es incipiente y queda mucho camino por recorrer antes de que RINA sea realidad, los avances realizados parecen prometedores.