Las primeras intervenciones públicas del nuevo ministro de Industria, José Manuel Soria, han tenido como denominador común dos elementos: transmitir que España es país serio y que tenemos una posición de liderazgo en importantes sectores económicos, entre otros, los de infraestructuras y telecomunicaciones. El ministro ha mostrado su deseo de impulsar la inversión en infraestructuras para que los ciudadanos puedan acceder a Internet de 100 MB, eliminar las trabas que frenan el crecimiento de las nuevas redes (y, por tanto, de la inversión y el empleo en el sector) y potenciar el desarrollo del comercio electrónico y de las ciudades inteligentes mediante un impulso a la I+D+i en tecnologías innovadoras.
Aquí se enmarca el conjunto de medidas que el Ministerio está preparando en el sector de las telecos y entre las que previsiblemente figurarán varias iniciativas dirigidas a ampliar la competencia en un marco regulatorio más seguro que el existente hasta ahora.
Las reformas que prepara la Secretaría de Estado de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (SETSI) van dirigidas a incrementar la competencia real dentro de un marco regulatorio que debe ser seguro para todos los operadores. Es decir, eliminar las trabas burocráticas que ralentizan la implantación de redes fijas y móviles y de instalaciones tecnológicas en general, un problema denunciado reiteradamente por el sector desde hace años y que habitualmente genera retrasos en las inversiones y en la entrega de proyectos empresariales.
La otra gran apuesta del Ministerio será aparentemente mejorar la gestión del espacio radioeléctrico para aumentar la rapidez de implantación de redes de cuarta generación, desarrollar los servicios de Internet móvil de alta velocidad e impulsar las redes sociales como herramienta de comunicación en libertad.
Apenas han transcurrido unas semanas desde la toma de posesión del nuevo Gobierno. A falta de tiempo físico para haber puesto ya en marcha medidas reales, la carta de intenciones del nuevo ministro de Industria resulta prometedora. Ahora llega el momento de los hechos.