En menos de dos meses, la prestigiosa consultora de mercado Gartner nos ha contado que la inversión mundial en hardware para el centro de datos se situará este año en 98.900 millones de dólares, con un 12,7% de aumento; que las empresas destinarán a TI una inversión de 2.700 millones de dólares a nivel mundial en 2012, un 3,9% más; y que la inversión empresarial en TI en la región EMEA se reducirá un 1,4% este año, hasta 604.000 millones de euros en 2011.
Esta última afirmación sobre EMEA ha sido realizada hace apenas unos días en Barcelona por el vicepresidente senior y máximo responsable de Investigación a nivel global en Gartner, Peter Sondergaard, durante el Gartner Symposium/ITxpo 2011 de Barcelona. Se trata de una revisión pública y abierta de sus propias previsiones que abre un debate sobre las consecuencias de la situación de incertidumbre política y económica que vivimos.
Con tantos números y de tal magnitud sobre la mesa, lo primero que se cuestionarán los CEOs y los CIOs de las empresas es ¿Cómo preparo mi presupuesto para el año que viene? ¿Necesariamente debo ser restrictivo? ¿Cómo argumento que necesito más dinero para un proyecto que entrará en marcha en 2015, si todo es tan cambiante? El dilema está servido. Si los directores de TI dilatan en el tiempo la adquisición de sistemas y su puesta en marcha (porque parece que no es el momento oportuno para ‘pedir dinero’), en poco tiempo sus infraestructuras serán prácticamente inservibles y la competitividad de la empresa estará en entredicho. Empezar entonces a planificar nuevas inversiones, comprar equipos y ponerlos en funcionamiento poco sentido tendrá porque los resultados no se verán quizá hasta pasados varios años. Demasiado tarde.
¿Entonces? Dice el máximo ejecutivo de Gartner que es el momento de “construir un presupuesto realista”. Añade que los CIOs corren el riesgo de perder control efectivo sobre el 25% de la inversión en TI de las organizaciones y de cara a 2017 su presupuesto podría ser inferior al del responsable de marketing de su empresa. Ante esta situación, se requiere flexibilidad e imaginación. Quizá no es el momento de plantear desembolsos millonarios en TIC, pero sin duda es una buena oportunidad para conocer los servicios gestionados: hosting, comunicaciones, sistemas, vídeo… soluciones que otros proveen y podemos usar a conveniencia.
Cierto es que muy pocas organizaciones realizan la transición de un modelo tradicional a otro totalmente externalizado de una sola vez. Por eso resulta tan atractiva la posibilidad de ir avanzando paso a paso, servicio a servicio, integrando cada nuevo servicio con el anterior, al ritmo que marquen las necesidades de la empresa.
Esta fórmula simplifica la implementación y la gestión de la infraestructura TIC y aumenta su flexibilidad, permitiendo a las empresas elegir servicios (VoIP, Ethernet, VPN,…), modificarlos según sus necesidades y pagar sólo y exclusivamente por lo que se usa. Es un modelo más económico, sencillo, rápido y efectivo, y (lo mejor de todo) la inversión en sistemas corre a cargo de quien presta el servicio.