CIO y CEO, cada vez más cerca

Hace unos días, la presidenta de Microsoft Ibérica decía con satisfacción que su compañía sube una media de 150 empresas cada semana a la nube. Es evidente que la tecnología cloud gana interés entre las organizaciones empresariales porque acelera la llegada al mercado de sus productos y servicios, es más flexible que tener infraestructuras en ‘casa’ y también más económica.

En 200 millones de euros valora IDC los ingresos que la informática en la nube generará este año a los proveedores en España, entre el 4% y el 5% de la facturación total del sector de aplicaciones.

Pero cloud computing es mucho más que una herramienta para reducir costes, el slogan utilizado para captar la atención de las empresas. Sin dejar de ser cierto, la principal aportación de cloud al futuro de la economía es la flexibilidad: allana el terreno para compartir información con proveedores, clientes y partners, contribuye a mejorar la eficacia de equipos multidisciplinares que trabajan juntos desde distintos lugares del mundo y ayuda a ejecutar aplicaciones empresariales sin problemas, entre otras cosas.

La tecnología forma parte de casi todas nuestras actividades profesionales, pero sus cambios son grandes y rápidos. Por eso cada vez resulta más rentable para las empresas el confiar la gestión tecnológica a expertos externos y dirigir su capital humano e intelectual a crecer, mejorar el rendimiento del negocio, abrir nuevos mercados, desarrollar nuevos productos e innovar. Es palpable que las decisiones de CIO y CEO van a converger en el mismo fin: impulsar la cuenta de resultados.

El ranking de prioridades de negocio de Gartner lo deja claro: las 10 principales preocupaciones de las empresas para 2011 llevan emparejadas decisiones clave en tecnología. Lo razonable será dedicar menos recursos TIC a las operaciones diarias y más a innovar, transformar sus estrategias, crecer y ser más competitivos, como con toda seguridad esperan sus accionistas.