Deslocalización y externalización

Forrester estima que el mercado de externalización del procesamiento y almacenamiento de datos hacia entornos distribuidos superará los 240.000 millones de dólares a nivel mundial en 2020. Otros analistas y consultores de mercado coindicen también en que el sector va a transformar radicalmente el panorama tecnológico, razón suficiente para plantearse estos servicios desde el punto de vista del negocio.

La idea de externalizar la infraestructura como un servicio (Infrastructure as a Service, IaaS) aprovecha toda la experiencia acumulada. En el planteamiento clásico, se trata de deslocalizar y externalizar las infraestructuras informáticas hacia entornos de hosting dedicado. Intervienen un proveedor de servicios externo y determinadas áreas del departamento informático, aunque lo habitual es contratar también parte de la capacidad de almacenamiento de datos. Los recursos físicos tales como los sistemas de balanceo de carga, los routers, los servidores y los conmutadores quedan a disposición del cliente por una cuota fija.

En el modelo de Servicios en la Nube, las instancias lógicas de los servicios sobre los que se ejecutan las aplicaciones residen a menudo en servidores geográficamente dispersos. Las aplicaciones empresariales de naturaleza crítica, como muchos sistemas de base de datos, siguen necesitando conexiones de alta velocidad entre los centros que alojan sus datos para garantizar la rapidez y fiabilidad. Así, los centros de datos donde residen las aplicaciones que se ejecutan en tiempo real no deben estar separados más de 30 kilómetros, incluso cuando se conectan mediante fibra óptica.

Para proporcionar estos servicios, puede ser necesario un suministrador de alojamiento en la nube, con tecnología de fibra óptica (con sistemas de multiplexado de alta densidad por división en longitud de onda [DWDM]) que proporcione un ancho de banda adecuado y apoyo profesional en otros países. El operador de datos debe tener capacidad suficiente y la infraestructura troncal redundante adecuada para transportar los datos de forma segura a través de su red.

Los centros de datos deben minimizar el tiempo de indisponibilidad de los servidores y el proveedor de alojamiento debe garantizar la protección de los datos, asegurando el cumplimiento de las más estrictas normas de seguridad (BSI, auditoría SAS 70 y aportar espacio de almacenamiento y replicación.

En resumen, Cloud Computing va a ser protagonista indiscutible de la próxima década en el ámbito de las TIC. La provisión a demanda de infraestructura como servicio (IaaS), unida a la facturación real por consumo, faculta a las empresas para reaccionar con flexibilidad y ahorrar costes. Bien planteados, los servicios basados en la nube constituyen una nueva forma de resolver las necesidades de tecnológicas de las empresas.