Medio ambiente

Un solo vuelo desde Gotemburgo a Estocolmo genera unas unas emisiones de carbono de unos 40 kg. Una reunión por videoconferencia, 7 gramos.

Anuncios y campañas publicitarias insisten cada día en la importancia de proteger el medio ambiente. Las grandes organizaciones se ven sometidas a una estricta vigilancia en este aspecto, y la preocupación ecológica está adquiriendo una importancia cada vez mayor ante la creciente concienciación medioambiental. En la mayoría de los países, se espera de las empresas que se esfuercen en adoptar una estrategia corporativa más decidida en cuestiones medioambientales y que emprendan acciones concretas para implementar esa estrategia. Una de las cuestiones que más preocupan a las empresas en lo relativo a su impacto ambiental son las emisiones de carbono.  Y viajar menos es una buena manera de reducirlas.

La videoconferencia puede ayudar a reducir el número de viajes de trabajo y facilitar las iniciativas de implantación del teletrabajo. Según un estudio realizado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), si sustituyéramos el 20% de los viajes de negocios por videoconferencias, las emisiones de carbono se reducirían en más de 22 millones de toneladas al año. El estudio demuestra también que sólo con que la mitad de los empleados estadounidenses sustituyeran una sola reunión por una videoconferencia, se ahorrarían 2,13 millones de toneladas al año. 

Para rentabilizar al máximo el concepto de videoconferencia, es importante hacer llegar este mensaje a todos los niveles de la cadena de valor, desde empleados hasta clientes y proveedores. Si las empresas británicas y estadounidenses con más de 1.000 millones de dólares de facturación implementasen amplios programas de telepresencia, podrían generar un beneficio económico de casi 19.000 millones de dólares para toda la economía, y evitar casi 5,5 millones de toneladas métricas de emisiones.